La excelencia personal es la llave del éxito en una sociedad moderna y exigente como la actual, por ello, un aprendizaje y desarrollo de nuestros talentos y habilidades, marcará la diferencia para el logro del éxito personal. Prepárate hoy para liderar tu vida hacia un futuro con seguridad, confianza y eficiencia.

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Desarrollo Afectivo
 
 

El Desarrollo Afectivo es de primordial importancia para el buen desarrollo de todos los temas relacionados con la Excelencia Personal, éste actúa como base de sustentación de muy especial  relevancia, dado que una armoniosa afectividad nos permite interactuar con mayor serenidad en todos los demás temas permitiendo un mayor desarrollo.

Debido al enorme desconocimiento que existe sobre este tema, se hace necesario abrir nuestra mente para incluir como parte importante en nuestro desarrollo la correcta forma de mostrar, disfrutar, o intercambiar nuestros afectos.
 

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En esta página incluiremos artículos directamente relacionados con este tema, los cuales intentaremos que muestren una amplia visión sobre diversos puntos de vista sobre el tema.
 

Aprender a amar

¿Aprender a amar? Sí. El amor es un arte, y todo arte necesita de un proceso de aprendizaje para ser desarrollado, tanto en lo teórico como en el aspecto práctico.

La mayoría cae en el error de suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, y ello se debe a varios motivos:

  1. Considerar que el amor consiste en ser amado y no en amar.
  2. Valorar aspectos como el éxito, ser poderoso, rico, ser atractivos, en definitiva, una mezcla de                popularidad y sex-appeal.
  3. El hecho de creer que amar es fácil y lo difícil es encontrar a quien nos ame.
  4. Suponer que el problema del amor surge de un sentimiento y no de una facultad.
  5. La confusión entre la sensación inicial del "enamorarse" y el permanecer enamorado cuando la otra persona ya no es desconocida y se pierde el halo de misterio inicial.

Por lo general, asociamos al amor con una sensación placentera; sin embargo, el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo. El amor no sólo es recibir, es más bien dar, cuidar, respetar y conocer, y todo esto implica responsabilidad. Una pareja conforma una interdependencia mutua. No amamos aquello que no cuidamos. La persona que ama, responde.

Respeto, como preocupación por el prójimo, evitando así que la responsabilidad degenere en dominación; o como dice una vieja canción francesa, "el respeto sólo existe sobre la base de la libertad". Pero el cuidado, la responsabilidad o el respeto no son posibles sin conocer a la persona.

La práctica del amor

Practicar el amor es una experiencia personal ante la cual no existen recetas. No obstante, ciertos enfoques y premisas nos pueden ser útiles.

Como cualquier arte, el amor requiere disciplina, concentración, paciencia, una preocupación suprema por el dominio del arte y, por último, ser consciente de que un arte no se aprende sino de una forma indirecta.

¿Por qué había de aprenderse a amar de una forma indirecta? Porque antes de comenzar con el arte mismo, son muchas las cosas que, aunque aparenten no tener relación alguna, son fundamentales.

El hombre moderno es excesivamente indisciplinado fuera del entorno laboral. La falta de concentración nos impide estar a solas con nosotros mismos. Todo a nuestro alrededor se muestra acelerado, lejos de esa paciencia necesaria para la quietud y el disfrute verdadero. Creemos que algo se pierde cuando no actuamos con rapidez, cuando es justamente lo contrario. Otra condición es la preocupación por el arte que debemos dominar, pasar de ser un mero aficionado a ser un maestro.

Disciplina y concentración

Cuando se habla de disciplina, se hace referencia a una práctica fruto de nuestra propia voluntad, que se sienta como algo agradable. La concentración es algo más complicado, requiere saber estar sólo con uno mismo, sin hacer nada más que eso, siendo una condición indispensable para la capacidad de amar, pero al mismo tiempo hemos de concentrarnos en todo lo que uno hace. Y esta concentración pasa inevitablemente por saber escuchar, que no es lo mismo que oír.

Estar concentrado significa vivir plenamente en el presente. Hay que pensar continuamente en uno mismo, analizarse, sensibilizarse ante los demás. Es fácil ser sensible ante los procesos corporales o tangibles, pero no lo es tanto para los mentales y emocionales.

Hasta aquí se han descrito las condiciones necesarias para la práctica de cualquier arte pero, ¿cuáles son las cualidades con verdadera importancia para la capacidad de amar?

Cualidades para el amor

En primer lugar superar el propio narcisismo, adquirir una visión lo más objetiva posible del mundo exterior sólo alcanzable utilizando la propia razón en una actitud de humildad. Así, el amor requiere humildad, objetividad y razón. La objetividad y la razón representan la mitad del camino hacia el dominio del arte de amar, pero sin olvidar que no basta con aplicarlo a la persona amada, pues del no aplicarlo al resto del mundo estaríamos abocados al fracaso en ambos sentidos.

Hay que tener fe, pero no la fe irracional en una persona o una idea donde hay que someterse a una autoridad también irracional, sino una fe racional en el propio pensamiento y en el juicio, tener fe en otra persona como signo de confianza, "de la esencia de su personalidad, de su amor".

Al mismo tiempo, es imprescindible la fe en uno mismo, pues "sólo la persona que tiene fe en sí misma puede ser fiel a los demás", la fe en el propio amor, la fe en la humanidad. Tener fe necesita del coraje, la capacidad de arriesgarse, llegando incluso a aceptar el dolor y la desilusión. La práctica de la fe y el valor deben ser ingredientes de la vida diaria. ¿Por qué amar es un acto de fe? Porque amar significa comprometerse sin garantías, entregarse a la persona amada con la esperanza de producir amor.

Una última condición necesaria para amar es la actividad, ser activo tanto en el pensamiento como en el sentimiento. Sólo el amor hace posible el conocimiento, en el acto de amar me encuentro a mí mismo. Sin embargo, ya decía el sabio, que mientras más sabía más se daba cuenta de que, en realidad, no sabía nada. La misma actividad genera aprendizaje, por lo tanto, una buena receta para aprender a amar podría ser: "amar"...

El amor, ¿siempre requiere un esfuerzo consciente o debería fluir natural y espontáneamente?
Reflexiona y opina desde aquí.

Extraído http:/www.efectividad.net

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